Amo tus manos pálidas,
que para acariciar mis cabellos
comienzan acariciándome el cuello.
comienzan acariciándome el cuello.
Amo mis manos pequeñas,
que se pierden entre los rizos
que adornan tu pelo.
que se pierden entre los rizos
que adornan tu pelo.
Amo tus manos temblorosas,
que temen equivocarse
y quebrantar las mías
por el miedo a perderme.
que temen equivocarse
y quebrantar las mías
por el miedo a perderme.
Amo mis manos curiosas,
que juegan a volverte loco,
acompañando mi boca cuando hablo
y tocando las tuyas cuando callo.
acompañando mi boca cuando hablo
y tocando las tuyas cuando callo.
Amo nuestras manos entrelazadas,
que se aprietan con fuerza cuando duele
y se balancean en el aire cuando juegan
como un niño que, en su columpio,
trata de borrar con los pies, las nubes.
y se balancean en el aire cuando juegan
como un niño que, en su columpio,
trata de borrar con los pies, las nubes.
Mar Fresno