Acaríciame
la espalda y deja que piense en ti,
conmigo, algún día.
Bésame la cara mientras me haces creer que somos posibles.
Cógeme de la mano para que sepan que me quieres, conmigo, algún día.
Bésame la cara mientras me haces creer que somos posibles.
pero no me quieras muy fuerte,
o no me quieras.
Despídete de mí en sus hombros,
déjame odiando que te quise,
abandóname queriendo volver a rozarte la mejilla.
Y puede darme mil sonrisas,
bajarme las estrellas o subirme a ellas,
que, mientras, pensaré en tus dedos en mi espalda
y tu risa en mi nuca.
Jamás imaginé que podría odiar quererte,
pero te quiero
y lo odio.
Mar Fresno