no he olvidado tu cara
y, aunque despierte sin ella,
por las noches me abrazas.
Entre sonrisas y carcajadas,
anoche besé tus labios
y te disculpaste sincero
por haberme abandonado.
Debatimos durante horas
sobre el dolor y el placer,
el brillo de mis ojos a oscuras
y cuándo vas a volver.
Aunque tú no lo sepas
conoces todos mis secretos
y los guardas bajo llave
como hacías con tus sentimientos.
Y aunque tú no lo entiendas,
nunca cierro la puerta con llave
porque sé que vuelves
como hacías antes,
cuando decidías amarme tanto
como en este poema
y no te imaginas cómo me amas
aunque tú no lo sepas.
Mar Fresno