una zanja donde empezar
a construir unos cimientos
que nos pudiesen soportar. 
Te conozco, me conoces, ya nos podemos amar. 
Apilamos uno a uno 
los ladrillos del hogar, 
entre uno y otro el cemento, 
la confianza, la amistad. 
Te amo, me amas, ya podemos negociar. 
Finalmente el tejado 
lo conseguimos levantar, 
nos protege de la lluvia, 
los desprecios y la tempestad. 
Te elijo, me eliges, ya podemos volar. 
Mar Fresno
