perdí el control y el sentido,
y como una ilusa
me quedé a tu lado
sin dudar un segundo.
Luego te quise, no sé cómo,
y te metí en mi vida
como quien descubre un tesoro
y no le quita
los ojos de encima.
Con el tiempo te amé, sin querer,
y me aprendí de memoria
los colores en tu sonrisa,
tus sueños, historias
y todas tus poesías.
Después descubrí, por accidente,
tus tristezas, tus manías,
tus infiernos y tus rarezas,
y entendí, después de todo,
que el amor, en realidad,
es aquello que ocurre
cuando eliges amar
después de amar
sin darte cuenta.
Mar Fresno
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