"¡Avariciosa! ¡Siempre robándome los sueños! ¿No te basta con robarme el corazón?"
No, nunca era suficiente, ansiaba más, mucho más.
Soñaba ser un poco más alta para poder robarle todos los besos que me callaba. Procuraba compartir todas sus alegrías para poder ser una mayor parte de ellas. Deseaba que llegase siempre a tiempo. Anhelaba conocer todos sus secretos, los malos y los buenos, grandes y pequeños. Requería que me cantase todas las canciones que valen la pena escuchar y también averiguar qué había tras sus ojitos tristes. Necesitaba hablarle a todas horas y oír su voz todos los días. Vestir su sudadera cuando hacía frío y si no era suficiente, un abrazo, con su barbilla clavada en mi cabeza.
Que creyese en un "nosotros", para siempre. Quería sus buenos días todas las mañanas y quería excusas para vernos, no para olvidarnos.
"Que mi almohada está llena de cuando no estabas, de canciones que nunca cantabas, de todo, de nada, de besos de esos que nunca me dabas."
Mar Fresno