miércoles, 18 de diciembre de 2013

"Su fuerza me hace más fuerte"

Todas las noches iba a darle un beso, él saboreaba ese beso y preguntaba: "¿Es un beso de fresa, o es de limón?". Yo me reía a carcajadas y él me cogía, me subía a su cuello y me llevaba a mi cuarto.
Siempre quiso que viviera, me emocionara y aprendiera. Que supiera encontrar lo bueno de lo malo y apreciar todo lo que tengo.
Esto es para él, para el hombre que me hace reír poniendo sus caras, que aunque siempre se va de viaje nunca nos distanciamos. Él me ha visto crecer y me ha visto caer. Me ha animado y me ha dado algo por lo que luchar.
Os hablo del mejor hombre que muchos conocen, el que nunca tenía la culpa porque siempre hacía lo que era mejor para los demás. El hombre que me enseñó la importancia de ser buena persona y valorar lo que la gente hace por mí. Este hombre es capaz de estudiarse todo un temario de química para poder explicárselo a una pesada que sólo quiere ver la tele. Me prometió que en nuestra casa nunca pasaríamos hambre y no hay día que no pelee para cumplirlo. Me hizo ver que aunque no fuésemos ricos, éramos ricos en amor, que una familia unida, jamás será vencida.
Escribo para agradecerle todo en lo que me ha convertido, no sólo me ha dado su cara cuadrada, también me ha dado su positivismo y humildad. Se lo agradezco de todo corazón.
Feliz cumpleaños, Papá.

Mar Fresno

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Soy toda una apasionada

Ya he confesado mi gran pasión por la música, pero, no es justo para mis otras pasiones, creo que se sienten inferiores. Os confesaré alguna, las que quieren ser confesadas, las demás supongo que prefieren seguir siendo secretas. Ya sabéis lo que dicen de los vicios inconfesables.
Aunque en mi familia nadie se lo crea, me apasiona aprender y saber un poco de todo. Poder hablar sin miedo a equivocarme porque sé perfectamente lo que digo. En mi casa no se lo creen porque hay cosas que no aprendo porque, simplemente, no quiero. Mi padre aún quiere que aprenda las tablas de multiplicar. A mí, aunque parezca una locura, me parece una aventura no saber ciertas cosas. No saber las tablas de multiplicar, por ejemplo, hace de cada examen de matemáticas un mundo distinto al mío, porque por mucho que entre en él, nunca será mío. No sé si me entendéis, yo me he explicado. Lo que no explicaré es mi contradicción. 
Me apasionan también los abrazos, aunque normalmente me cueste darlos. Cuando los doy o me encuentro por sorpresa en uno me siento aceptada.
Os diría que me apasiona el chocolate, pero creo que simplemente me encanta. Lo que sí me apasiona es el olor de la montaña. Es algo que no puedo controlar, es superior a mí.
Volar es otra de mis pasiones, el problema es que no tengo alas. A pesar de eso, lo hago, os voy a contar cómo, no es ninguna metáfora o misterio. Vuelo cuando nado, cuando estoy dentro del agua. De pequeña solía imaginar que cuando tocaba el agua me convertía en sirena. También vuelo cuando corro cuesta abajo, cuando peino una montaña, no me han fallado las rodillas todavía. Bueno, hay otro momento en el que también vuelo, aunque me vais a llamar mentirosa porque os parecerá una metáfora. Vuelo cuando me besan, no cuando beso, cuando me besan. Hay veces que, en medio de un beso, sientes que te besan sin pensar cómo. Centran su atención en ese beso y en ti. Seré un poco egoísta pero esos besos no sé si los he dado, pero nunca habrá otra sensación que haga volar tan alto. 
Por último os confesaré que me apasiona escribir, quería que fuese inconfesable, pero este era uno de mis sueños. Ahora toca ir a por el siguiente, deseadme suerte. 

Mar Fresno

domingo, 8 de diciembre de 2013

"Como si esperarte fuese a hacer que vuelvas"

Tal vez me quedase vacía unas horas o unos días.
No supe ver más allá de ti, de nosotros. Y bueno, te echo de menos y más que nunca, más que todas las veces que te eché de menos. Pero de una forma muy distinta.
Con la cabeza bien alta y mi nueva sonrisa conquistaré, aprenderé, sufriré y amaré. Y tal vez hoy o tal vez mañana nos volvamos a cruzar, pero no voy a abrir mi paraguas por si llueve bajo las estrellas (aunque tampoco voy a vérmelas con el olvido). Hablé seriamente con el tiempo y me ofreció su compañía, hasta que un día llegó la libertad. Aquí sigue y con ella ahora (ni hoy, ni mañana, ni pasado) aprovecharé mi juventud. Me habré desatado de una cuerda, una historia y una esperanza pero, paso a paso, (tropiezo a tropiezo), guardaré bajo mi cama la caja donde guardo todos tus recuerdos.
Mar Fresno

jueves, 5 de diciembre de 2013

Mi música, mi mundo

Llamadme rara, pero si no fuese por la música estoy segura de que no sería la misma. Sería cualquier otra anónima sin sueños, ninguno. Ella es quién me anima cuando estoy triste, quien me acompaña cuando estoy sola y quien me aconseja hasta cuando no necesito consejos. Tengo que confesar, aunque suene bastante desesperada, que la música es mi mejor amiga.
Ella es jazz, con la que vuelo mientras doy vueltas y vueltas. 
Es flamenco, que me hace gozar de su pasión y mover las muñecas en busca de manzanas.
Se convierte en rock y consigue que mueva el pelo y sienta el latir de su emoción.
Es reggaetón, para darle gracia a la vida y poder mover el cuerpo como una sirena.
Me da rap y su poesía, para mover el cuello y vivir el día a día.
Un poco de pop, para animar las fiestas de mi cabeza y mover los brazos y las piernas.
Es country para darle emoción a mis pies y hacer mi alma un poquito más buena.
Canto, bailo, escucho y aprendo. Nadie me enseñó mejor a hacer esto. Me inspira, ella es quien me da todo lo que escribo y lo hago mientras me canta. En mi habitación, en la ducha, en el coche, en el parque, en las fiestas y en los bares. Y si se acaba la música, que me maten.
Mar Fresno