Desperté escuchando la canción de todas las mañanas. En cuanto pude me levanté, me abroché bien el sujetador, deshice mi coleta y salí impaciente a ver si ya estabas despierto. La suerte estaba de mi parte, nunca he conocido a un hombre que duerma tanto. Recordé el "mañana te toca a ti" y me puse los zapatos. Tan pronto como te vi salir me arreglé un poco el pelo. Lo guapo que estás al despertar y lo mareada que suelo estar por las mañanas no me ayudaron a no parecer una loca yendo hacia ti. Vi tus ojos verdes, verdes hasta a distancia, tu mirada seria se convirtió en una más juguetona cuando me viste. Un abrazo tuyo (más bien un apretón) vale más que mil besos, sobre todo por las mañanas. Te peiné un poco con los dedos y con una sonrisa te susurré "Buenos días, mañana te toca a ti".
Debiste sentirte como el rey del mundo al ver a una niña tan locamente enamorada de ti.
Mar Fresno
No hay comentarios:
Publicar un comentario