domingo, 9 de noviembre de 2014

"Si te vas me quedo en esta calle sin salida"

Me dan miedo los monstruos bajo la cama, los muertos en el armario y los ladrones tras las puertas. Pero más aún, temo perderte para siempre.

No quiero nada sin ti. 

Sin atisbar tus ojos lúcidos y tu risa nerviosa. Sin tus manos grandes, tu delirante cabeza llena de locuras y el soportable desparpajo que tanto adoro en ti. Y sin yo, contigo, sin nosotros.
Tiemblan mis manos en el cristal... Te miro pensando que ahora eres tú quien se va... "Desde tu marcha he descubierto que la soledad es una caprichosa amante"... Lo soy, pero tú fuiste siempre el motivo. La única razón por la que me pasaba horas discutiendo hasta que caíamos rendidos. Por la que me agarraba a tu mano y te pedía que condujeras más despacio y mirases adelante. Y sin duda eras tú la raíz de todos los ataques de celos que me habitaban. Tú, mi capricho.

Te vas, y me dejas sin tenerte, queriéndote y añorándote. 

Cuando te vayas, deja la ventana abierta, para que entre el sol por la mañana. Dame un beso en la frente mientras siga dormida, escríbeme una carta de despedida para llorar tu ausencia sin sentirla. Y vuelve todas las noches a pintar mis sueños con tus canciones y tus globos.

Llévame contigo y mátame ahí, a mí, esperando a que vuelvas. 
Mar Fresno 

jueves, 23 de octubre de 2014

Con tenerte a ti, lo tenía todo

Ojalá algún día
encuentre entre tus labios
el valor necesario
para volver a besarlos.

Ojalá algún día
valga lo suficiente
para merecerte.

Y mereciéndote me perdones 
por haberme callado
todas las veces que no susurré 
que te quería
conmigo
siempre.
Mar Fresno 

sábado, 20 de septiembre de 2014

Cómo un astronauta invadió Marte

Ella adoraba el olor a tierra mojada, y llovía, y no se mojaba, y le encantaba. Él se reía y ella le miraba mientras su corazón perdía impulso para palpitar, lo perdía todo por él, hasta la cabeza. Y llovía, o había llovido, o iba a llover o... ¿Y si llovía, pero el mundo estaba al revés? 

El mundo estaba al revés, pero no llovía, había llovido. Eso lo sabía él, pero disfrutaba sabiendo que ella estaría aturdida si no estuviese sujeta a él. Que él no sentiría nada si no hubiese encontrado su corazón perdido.

Ella nunca soportó a Cupido, un dios sin puntería, qué irónico. Siempre decía que tenía más de Marte que de Venus, los genes, supongo. Ella tenía más de Marte también, pero del planeta, ese que resalta entre las estrellas. Vaya tontería, pensaba, destaca por su color, por su pasión. Un planeta con sentimientos... con marcianos. Y no hablemos de los astronautas enamorados... A pesar de eso, míralo, no tiene clavada ninguna bandera.
Pero eso no tenía que ver con Cupido, nada daba una explicación a la flecha que atravesó su pecho al ver los ojos verdes del enamorado, esta vez apuntó su madre, seguro. 

Se acercó, como si anduviera sobre la luna, dispuesto a perder el equilibrio por ella.
Y reía, y reían. 
Cuanto más se cerraba la noche, más se acercaba a sus labios. 
Y cuando se asomó tímidamente la luna, él, celoso, le robó un beso y ella le robó el corazón que tanto buscaba.

Y le preguntó por dónde se iba a Marte.
Y ella le preguntó si era astronauta.

Mar Fresno 

lunes, 4 de agosto de 2014

Mis sueños y tú

Calló el sol y salió la noche oscura a cantarle una nana al destino. Era una noche tímida, que pensaba dos veces antes de empezar a cantar. Comenzó a escucharse una melodía al son del roce de la piel, con cada caricia sonaba una nota cada vez más aguda.

Con la punta de los dedos se encontraron dos almas y una brisa musitaba mientras cerraban los ojos. Pasaron las horas entre los segundos del reloj y ahí se conocieron. Bajo influencia de la luna, nuestra protagonista estrellada decidió que los pensamientos estorbaban. Entonces surgió, de la mano del sino, el beso que abrazaba el remo del azar, haciendo desaparecer la casualidad para que ellos la trazaran con sus sueños. 

Entre tantos besos nacieron sonrisas.
Y entre tantas sonrisas resonaron ecos de felicidad. 
Y desde que la luna fue testigo de ese escenario, sale todas las noches a recordarle a la amada que, allá donde ella vaya, le acompañaría el susurro de esa noche como esperanza de que jamás llegue a su fin.
Mar Fresno 

martes, 29 de julio de 2014

"Mi corazón ya va mejor, solo me duele cuando late"

Golpeo los muros con los puños cerrados y grito angustia.
Lo hice todo bien, sereno y tú inolvidable. Sabías que podías atraparme como a una tonta hasta convertirme en una. Borrar mis principios y dibujarlos a tu antojo, dejarme sin palabras y abandonarme sin voz.
Me empujaste a la madriguera y desperté en un mundo nuevo donde, sin adaptarme, seguí rumbo a mi destino, sin olvidarme del camino recorrido.
Tú no te llevas nada de mí y yo de ti me llevo todo. Yo contigo fui feliz y tú tan solo unos instantes, los minutos que callábamos, los momentos vacíos.
Disfruté contigo como con nadie y de nadie más. Nunca sentirás mariposas en tu estómago, en la vida verás entretelas, jamás velarás sueños ni volarás al son de los besos. Soñarás sentir lo que sentí yo por ti. Hay cosas que no dan los besos y sin amor son todos iguales. Maldecirás nuestro tiempo cuando lo descubras.
Ni aversión ni amor.
¿Qué? ¿Quién?
"Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
Y estos sean los últimos versos que yo le escribo." 
Mar Fresno 

jueves, 3 de julio de 2014

"Sueño con el susurro"

Te dibujo una sonrisa con los dedos y, como magia, sonríes.
A veces nada tiene sentido. Algunas veces amas, porque solo necesitas eso, nada más: volar sin miedo a caer, amar. 
Mirar unos ojos verdes que brillan como las farolas de aquella noche en la que decidí ser para hacerle sonreír. Para hacerle sonreír siempre. Esas farolas que nos resguardaban del frío y nos acompañarían en nuestras aventuras. Esas que miro traspasando su piel, hasta sus entrañas, de donde no pienso salir nunca. Esas que me ven a mí, a mí y a nadie más.
Los besos que no me das se acumulan, te esperan impacientes porque saben de tu defectuosa puntualidad.
Y de lo que viva doy todo lo que no sea contigo, lo doy todo por morir a tu lado. Acurrucada en tu costado, bajo tu brazo, jóvenes y soñadores. Dejemos este mundo tan rápido y tan vacío y vivamos entre colores y olores. Perdámonos juntos bajo la lentitud de nuestros sueños.
Mar Fresno

martes, 17 de junio de 2014

Lo prometo

Me dice que me acerque a su lado y le dé un abrazo, me arrimo apoyando la cabeza sobre el pecho que le falta y acariciando los pliegues de su piel. Huele a ella, a nosotras. A esa mezcla de esperanza, espera y demencia que tenemos atrapada bajo el pellejo.
Me aparta y suspira que me echa de menos, que me quiere. Entonces le doy un beso, de esos que se quedan dibujados en la mejilla y no desaparecen nunca.
Me mira abriendo mucho los ojos, abre la boca en forma de secreto y susurra algo que solo yo sé qué significa. Lo entiendo y le regalo una sonrisa y una mirada que hace rebotar en su cabeza que nunca pisaría una hormiga.
Ríe la risa que más añoro y me pide que vaya con ella, que me quede a su lado, que coja el siguiente avión y llame a su puerta. Yo le cojo de la mano y le digo que llegaré, que me espere, que no se vaya aún.
Entonces tomo mi decisión, no voy a ser arquitecta, ni abogada, ni militar: voy a ser cada día más buena para ser cada día más guapa. Pero por encima de todo, jamás dejaré de ser Cándida.

Mar Fresno

lunes, 2 de junio de 2014

Viviremos ahí juntos.

De tu eco vivo, y muero en tu olvido. No existe el odio, no sueño contigo.
Viviremos ahí juntos, donde nunca nos conocimos. Allá donde nunca temí y te quitaste la vida por no verme sufrir. Ese sitio donde todo ocurrió como debió, sin miedos ni trasquiles.
Apenas nos veremos en ese río de sudor, donde entre gemidos encontraré el amor que perdí. Aquel que se encuentra bajo zarzas y espinas.
Jamás, ni sumando las veces que dije tu nombre, ahora impasible, lograré hallarte entre el suelo y mi talón. Bajo la niebla que cubre tu rostro, ahora desnudo. Sobre todo, no esperes que cave en tu búsqueda.
Ahí viviremos juntos, bajo ninguna sospecha, bajo ningún recuerdo. En ese lugar donde no tenga que olerte, ni escucharte, ni tocarte.
Juntos ahí viviremos, separados por mil mares. Quebrantaremos todas las normas hasta encontrarnos a dos centímetros, separados por una pared de sueños, encantos y risas. Pared que explotará en cuanto lleguemos a ella, obligándonos a enseñar el envés a las espaldas.
Al fin correremos sin fárragos, en un mundo plano sin fin.

Mar Fresno

jueves, 15 de mayo de 2014

Ahogada en sus ojos

Recuerda aquel día que saltó a sus brazos al verle salir del vagón y le besó como si no hubiese nadie más a quien amar. Añora el momento cuando, sin esperarlo, le tomó en sus brazos y le robó los labios. Rememora sonrisas risueñas al escucharle susurrar que por ella se dejaría matar.

Evoca lágrimas y llantos cuando se despidió de él y mucho después también. Trae a su memoria todas las veces que maldijo el día que le conoció. Hace presente su ira visceral gritando con saña que no quería volver a verle nunca más. 

Y se acuerda de haberlo negado cien veces antes de devolverle las llaves de su dañado corazón.

Entonces, aparta la vista de sus ojos y mira sus labios sin poder resistir el impulso de besarlos con deseo de ardor. Sin ser hedonistas, solo prudentes de la emoción. 

Sepultureros del recuerdo, amantes del presente, aventureros del porvenir.

Mar Fresno 

viernes, 2 de mayo de 2014

Evadiendo la realidad

Sueño mientras bailo y sueño que vivo.
Siento el viento rozar mi cara, mi caballo galopa rápido, venciendo al tiempo. Me siguen los pájaros alrededor, cantan mi huida. Dejo que el aire acaricie mi pelo mientras cierro los ojos. Escapo deprisa.
Freno y caigo a la hierba con los pies desnudos. Corro veloz, sin control ni sentido, hasta llegar al acantilado. Miro al horizonte y acelero sin pensar.
Salto. Vuelo. Abro los brazos y abrazo las nubes.
Desciendo y junto las manos bajo mi cabeza. Me mojo, y vuelvo a volar, con más control. Salgo a respirar formando un abanico de colores con mi cabellera.
Y sonrío, para mí.

Mar Fresno

domingo, 27 de abril de 2014

Querida Mar:

Hoy, como cada día, te escribo para recordar que el tiempo sigue pasando a mí alrededor. 
¿Sabes? Sigo siendo incapaz de percatarme del minúsculo movimiento de las manecillas de mi roído y desgastado reloj. Para mi asombro todo sigue adelante, dejando incorruptible tu recuerdo, el cual, entre hojas marchitas y vasos vacíos revivo cada atardecer de este Octubre que se me antoja eterno, envuelto en su lúgubre promesa de un mañana mejor, que nunca llega y me deja velándote cada anochecer, rodeado de las frías sombras de aquellos que no conocen la desdicha de perderte. 
Te escribo desde el café de la avenida 31, aquel en el que tantas tardes pasábamos entre risas y llantos, aquí parece que nada haya cambiado desde tu marcha; el aroma a café recién molido sigue envolviendo cada pequeño detalle, no me sorprende comprobar cómo la gente pasa cada día sin fijarse en esa silla vacía al fondo de la sala, delante de mí, en la que cada día busco tu risa para aliviar el estrés que me provoca tu ausencia. 

Desde tu marcha he descubierto que la soledad es una caprichosa amante, tan pronto me parece un gran desierto de cemento como se convierte en un pájaro capaz de hacer volar mi mente más allá de los limites de estas cuatro paredes que me atan a la realidad de la rutina. He aprendido que el silencio quema cada sueño, que la música alivia y que, a medida que escribo, me voy sintiendo más vacío. Mi alma se va quedando, letra a letra, en cada frase, estoy convencido de que es por la sencilla razón de que desea irse contigo a recorrer el mundo.

Cada día miro tus fotos y, mientras disfruto de un capuchino caliente, trazo cada una de tus sonrisas con la yema de mis dedos, descubriendo un matiz diferente. Tal vez sea culpa del café pero dedico ese tiempo a recordar cómo era tu sonrisa después de cada beso…

El chico de los Globos


Querido desconocido:

Te escribo desde lo más alto de mi mente, me deslizo entre los garabatos y me tiembla la mano al escribir. Nunca quise que te fueras. 
Aquí dentro los relojes lloran al ver pasar el tiempo, al ver que nadie lo para. Se derriten, como en nuestro cuadro favorito de Dalí. Cuando estabas tú, se detenían en cada beso y en cada palabra. Quieren que vuelvas a llenar mi mente y vaciarla, como hacías siempre. 

He cambiado desde que te fuiste, te quería llevar conmigo, pero no caben tus recuerdos y me he adaptado a ti. Visto tus camisas y escucho esas canciones que tanto te gustaban. Te pierdo cada vez que te pienso, por eso dejé de hacerlo.
Estás en cada palabra que escribo y en cada una de mis miradas. Te busco entre mis sueños con desespero, echando atrás cada objeto que pueda estar escondiéndote. Te busco pero solo me encuentro a mí, convertida en ti. No hago más que soñar.

Cuando te marchaste descubrí la maldad de la oscuridad. Antes la compartíamos y la cubríamos de luz, ahora se sujeta a mí y me obliga a llorar tu ausencia. Las tinieblas me abrazan susurrando tu nombre, te necesito.
Ojalá vuelvas a hacerme sonreír, deseo oír tu voz una vez más, una última vez. Pero que no termine nunca. Ven conmigo, aquí, donde el tiempo es eterno. Respira mi aire, camina mis suelos, recorramos juntos el mundo entero. Desde la silla del fondo de la sala hasta lo más hondo de nuestras almas.
Te espero detrás de nuestro primer beso. Date prisa.

Mar 

miércoles, 23 de abril de 2014

Si crees, crearás

Estas palabras aquí escritas no tienen ningún sentido hasta ahora. No se oye nada, pero dentro de ti esto suena tan alto que parecen timbres. Ahora las palabras viven y disfrutan, corren por tu mente. Están nerviosas, lee más despacio.
Este párrafo de letras y símbolos, eres tú quien le da vida y hace que fluya. Estaba esperándote impaciente y ahora mismo lo estás convirtiendo en algo, sus palabras cobran sentido gracias a ti. Se están relajando.

No somos como las palabras.
Somos y finalmente no somos.
Puedes estar con la persona más apasionante del mundo, alguien que ama y que inspira.
Y un instante después puede no ser nada.
Un cuerpo vacío, sin sentido, sin sueños, que solo causa dolor.
En un suspiro, sin más.
La muerte nos hace mortales, las palabras inmortales.
Y hasta que yo muera, sin duda habrá gente inmortal.
Doy vida con mis palabras y dejo que vivan aquí.
Mientras yo respire, leeré estos versos y seguirán vivos.
Las palabras viven cuando alguien les da vida, haciéndolas suyas.
Son capaces de dar a conocer, de dibujar en nuestra mente algo más elaborado que una imagen.
Son, junto a otras, parte de una obra de arte, una confesión de amor o un último suspiro.
Son todo lo que queramos ser, por eso nos convertimos en ellas.
Nos convertimos en palabras.
Y morimos con ellas.
Mar Fresno 

viernes, 11 de abril de 2014

"Te prometo ser siempre tuyo"

He resuelto mi problema, ese que no conseguía ignorar como hacía con los demás. Que por mucho que lo echaba no se iba. Te lo cuento porque confío en ti.

He logrado sacarte de mi cabeza, después de tantos intentos, has cogido las maletas y te has ido de ahí dentro. Ya no te echo de menos, nada, créeme. Ya no puedes llamarme cabezota, ni impaciente, ni demente, ya no te necesito. Porque por mucho que quiera, no puedo hacer que vuelvas. Eras lo único en la vida que no quería perder y te fuiste hace tiempo.

Ya no echo de menos cómo te mordías el labio cuando decía una tontería. Dejé de suspirar por no poder probar el veneno que tenían tus labios en los besos lentos. No extraño cómo disfrutabas cantando y no paso por tu casa todas las semanas. No necesito hablar de nosotros cuando hablo de ti. No hablo de ti.

No volveré a ver a ese chico que nunca se arrepentía de nada. A mi mejor amigo. Te he olvidado, aunque aún guardo mi promesa y aún lloro tu ausencia. No, ya no lloro, solo miento.

Como verás, me he levantado en mitad de la noche y te he extrañado muchísimo, no puedo vivir sin ti, te quiero.
Mar Fresno

domingo, 30 de marzo de 2014

Pase lo que pase

   "De lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años
por saber lo que a otros
de mí has hablado. 
    Y esta vida mortal y de la eterna
lo que me toque, si me toca algo,
por saber lo que a solas
de mí has pensado"
He pensado mucho en ti, lo suficiente para avergonzarme, seré sincera. Pienso en lo que pasó y lo que no, en lo poco que tengo sin ti. En todo lo que puede pensar una niña enamorada.
Pienso y a veces lloro, pero solo un poco. Pienso en ti al escuchar cantar a mi roquero favorito y pienso en nosotros cuando te veo en fotos. En nuestros paseos, nuestras risas, nuestras cervezas y nuestras noches. Alguna vez he vuelto a leer tus cartas para recordar y no sé cuándo empezaste a olvidarme. Pienso mucho, demasiado, pero es en ti al fin y al cabo.
Hablo de ti, mucho también. Creo que te guardo dentro y sales cuando te recuerdo, sin que pueda pararte. Hablo de ti a los que te conocen y te doy a conocer a los que no. Cuando empiezo a hablar de ti siempre miro al suelo, luego alzo la cabeza y al final siempre me río entre un suspiro. No estoy muy segura de qué digo, si fuese por mí me pasaría los días mencionándote.
Me cambiaste tanto que no me reconozco, perdí todos mis complejos cuando me miraste de aquella forma que tanto me gustaba y no los he vuelto a ver.
Sé que aunque no vuelva a verte, aunque no me pidas que vuelva a tu lado, aunque me case con otro, siempre serás el amor de mi vida. Y eso no lo cambio por nada del mundo. 
Mar Fresno

domingo, 23 de marzo de 2014

"¿Qué es poesía? Poesía eres tú"

Siempre que voy a escribir me pinto los labios. Puede que sea mi forma de inspiración, os parecerá una locura. Me pongo mi pintalabios favorito, ese que tengo de color rojo vivo. A mí me encanta, aunque nieguen que me quede bien, me da esa clase que no consigo alcanzar. Porque todo lo bueno lo tengo dentro, cuando intento sacarlo me sale mal, es todo culpa de mi boca, que no sabe hablar. Si no puede decir lo que siento, que esté bonita, ¿no?

Al menos sé escribir, y me encanta. Mejor expresarse escribiendo que no expresarse sin más, no me quejo.

Siempre que pienso en qué escribir, me toco el labio. Acabo con los dedos rojos, supongo que también quieren tener esa clase que no pueden alcanzar. Leo a tantos artistas, a tantos genios, que pienso que no debería perder ni un segundo. Debo trabajar y trabajar hasta que sea capaz de componer los poemas más increíbles que puedan salir de mí. Componer poemas, ese es mi sueño.
Y llevar a cabo la huelga gramatical, pero aún soy muy cobarde para eso.

Mar Fresno

miércoles, 19 de marzo de 2014

Te bailaré

Ayer me pillaron bailando mis sueños, no era ningún tango ni un vals siquiera. Era él.
Es pesimista, sí, pero luchador. Sabe lo que quiere aunque no sepa que lo sabe. Es el baile que improvisa su propia existencia. Es un baile tan espontáneo que la música se ve obligada a adaptarse a él. A mí me encanta bailarle. 
Hace de cada paso algo suyo y consigue que todo suene mejor de lo que verdaderamente es. Él es el baile, no el bailarín, por eso le gustaría poder bailar como hacen con él. Es prueba de que puedes saber sin hacer, a eso se dedica.
Mueven los brazos con su presencia y consigue que los corazones de los bailarines latan al mismo tiempo que el suyo, que su ritmo. Mueve sin moverse, porque inspira sin pensar.
Pero de tantos buenos, malos hay, y este chico también consigue que toda desgracia suene peor. Hace que las espinas parezcan más grandes que la flor. Puede dejarte sin argumentos, sin formas de cambiar su opinión. Puede hacerte llorar y puede hacerte caer.
Pone a prueba mi optimismo y por eso es mi baile favorito.
Mar Fresno

lunes, 10 de marzo de 2014

Ortografía consentida

Para mí no son un reto las faltas de ortografía, las he atrapado todas. Cuando era más pequeña, cuando escribía "haber" sin hache y con uve, ahí sí estaba bastante perdida. Saber cómo se escriben las palabras es digno de admiración.

Cada vez que me enfrento cara a cara con una palabra nueva, una palabra que no sé cómo se escribe, eso sí que es tortura. Hacia mí no, hacia la palabra. Se ve transformada y transformada mientras me dice a gritos cómo es. Yo no la escucho, aún no consigo comunicarme con las palabras, pero lo conseguiré. Escribiré una palabra y ella me dará las gracias, por darle una vida más. Creamos más palabras de las que destruimos, realmente somos los dioses de las palabras. Las dominamos, son nuestras y podemos hacer lo que queramos con ellas, nos deben su vida. La diferencia es que ellas nos hablan a nosotros, y nosotros no nos enteramos. 

Algunos genios sí se enteran cuando las palabras chillan, cuando exigen un cambio. Cuando están hartas de que las escriban mal y quieren cambiar solo para ser bien escritas siempre. Son unas lloricas. Entonces les dan permiso para que cambien, y cambian.
Nosotros seguimos queriendo huelga, no podemos encaprichar a las palabras. Al final la envidia hará que cambien todas. Aún faltan miembros para llevar a cabo una buena manifestación, quedan muchas plazas libres, ¡Ánimo! 

Mar Fresno 

sábado, 8 de marzo de 2014

Me encanta tu mirada, pero no me mires así.

Para mí lo eres todo, pero creo que va a ser mejor que te vayas. Me haces feliz, pero últimamente me cuesta sonreír. Te necesito a mi lado, pero no solo a mi lado, dame conversación al menos, ya sabes. Luego hablamos, que tengo asuntos pendientes.

Me han contado que me quieres, que no cambiarías ni un solo rincón de mi cuerpo y que harías lo que sea por entender todo lo que traigo en mis pensamientos. Dicen que te voy a tener, que vas a ser mío, dicen pero mienten. Porque no solo tus ojos tienen derecho a elegir. ¿Qué le pasó a tu cabeza? Esa que estaba hasta arriba de historias que contar. Parece que se va, que la pierdes, porque sabe lo que quiere tener, pero tú no quieres tenerlo, al menos no todavía.

Cambiaré, para estar contigo, para que podamos ser felices juntos. Bueno, realmente ya nos tocará ser felices algún día, ¿No? Dale tiempo, disfrutemos de nuestra presencia sin tener que tomar decisiones, por ahora. Parece que todo lo que haces lo haces pensando en el futuro. Cálmate, que todo llega, no pierdas el tiempo en preocuparte. Confía en mí, va a ser mejor. ¿Estás loca? ¿Qué haces confiando en mí? Sabes de sobra que no deberías, que solo te voy a hacer daño, no seas tonta.
Pero vamos a ver, parece que no lo entiendes. Yo puedo quererte, y te quiero, pero no me quieras, por favor. Es simple, pero espera, que si no me quieres te echo. Te echo de mi vida y no vuelves a entrar, de verdad te lo digo. Mira, yo te espero, pero continúa andando, no puedo seguir un ritmo tan lento. Intenta seguirme a mí al menos, que no muerdo.

Te quiero, pero odio cuando te pones así.

Deja de mezclar sentimientos de una vez.
"Odio cuando me haces reír y aún más cuando me haces llorar"
Mar Fresno

miércoles, 26 de febrero de 2014

Gramaticalmente hablando

¿Sabéis de aquellos a los que llaman rebeldes? Bueno, pues hay rebeldes por causas diferentes. Yo he decidido ser rebelde por mi propia causa, tal vez absurda o tal vez no. Lo llamaré Rebeldía Gramatical, necesitamos un cambio y debemos quejarnos.
Yo quiero ponerle tilde a "propia", en mi opinión quedaría más bonita y adornada. Hay que adornar algunas palabras para darles más vida, "propia" es una de ellas.
¿Sabéis cuándo hay que escribir "sino" junto o separado? Yo creo que "sino" no debería existir, sino que se debería escribir separado. Se convierte en una sola palabra, no debería tener el derecho a convertirse en una palabra. En este caso solo, porque da lugar a una palabra ligeramente desagradable.
Por último, exijo bajo mis derechos de Rebelde Gramatical que "solo" se pueda atildar. Nunca me queda claro si está solo o simplemente está. 
Habrá manifestación en cuanto consiga poner a unos cuantos a mi favor, id preparando los carteles.
No perdáis la esperanza de un mundo mejor, cuando "solo" vuelva a llevar tilde saldremos a celebrarlo.
Mar Fresno

miércoles, 19 de febrero de 2014

Mi canción favorita

¿Conocéis a alguna persona tan sincera y tan tuya que cuando hablas de ella parece que cantas?

Que suena la canción perfecta, la canción más bonita jamás compuesta. Es una canción cuya música componemos todos, cada uno le hace su propio fondo al canto. La gente sale a bailar cuando lo escucha, es inevitable y, si no se atreven a bailar, la soñarán hasta el amanecer. Yo confesaré que he bailado esa canción más que nadie. Ella también baila, a su manera. Los cantos llegan a sus oídos pero ella no se da por aludida. Baila su música, la del mundo que hay dentro de ella. Es libre y da libertad, es quien es por lo que un día le tocó ser. 

Es una canción, ella, una canción eterna, inmortal. Podríamos crearla con adjetivos, no hay reglas para componerla.

Alguien diferente, pero no porque tiene que serlo, sino porque lo es. Nadie la cambia. Una canción única, la canción inigualable.
Mar Fresno

martes, 18 de febrero de 2014

La libertad

"Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje, y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Pues ya estás en una jaula, tú misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas. Porque no importa a donde huyas, siempre acabarás tropezándote contigo misma."
La libertad es un cuarto enorme en el que se encuentran todas las puertas que te puedas imaginar. Tú escoges la que quieres, la que más te guste, la más bonita o la más grande. Pero ¡Ojo! Una vez dentro no vale volver atrás, eso le quita el propósito a la puerta. Al salir de ella dejas de ser dueño de tus propias decisiones. Antes de entrar, aceptas todo lo que trae consigo ese nuevo cuarto.
La libertad no significa estar desatado, se trata de encadenarse a esa elección que has tomado libremente. Y disfrutar de ella hasta el final de los tiempos.
La libertad de algunos será zanjada con la muerte y otros no serán libres hasta que mueran.
Mar Fresno 

miércoles, 12 de febrero de 2014

"Cuando besa tiembla el suelo"

Se acerca despacito a ella disfrutando de su olor, huele a esperanza y a infancia. Ella le mira cautivada, él se muere por dentro y ella, sintiéndose culpable, cierra los ojos. Pierden la noción del tiempo y olvidan todo cuanto les rodea.
Ella, tan pálida y tan pequeña, se apoya en la punta de los dedos del pie y se agarra a sus hombros. Tiemblan sus pestañas y una brisa seca sus labios rojos. Él se da prisa, con cariño y cuidado le acaricia la mejilla. Apoya su frente en la suya y mira cómo abre sus ojos verdes. Pronto levanta la barbilla y le roba su primer beso, aquel que ella guardaba por si caía en un sueño eterno. Pero en vez de salvarla, calló él, pero con ella, juntos.
Mar Fresno

jueves, 6 de febrero de 2014

Almas gemelas

Él esperaba todas las noches a que ella estuviese dormida para asegurarse de que soñaría con él. Por la mañana, ella se despertaba antes, se vestía y le despertaba quejándose de que era un dormilón y él sonreía. Desayunaban juntos, él despeinado y ella maquillada.
Decían que era una historia de amor, como cualquier otra. No sé por qué lo decían, pero era mentira. Eran almas gemelas. Tenían mil aventuras que vivir y tenían que empezarlas cuanto antes
Ella a veces se sentía insegura a su lado y él hacía todo lo posible para demostrar que nunca dejaría de quererla. Rompió todas sus viejas cartas de amor y le aseguró que era la mujer de sus sueños. Le regaló todas sus camisetas viejas y no le robó ningún beso, todos los tomaba prestados.
No compartían cafés, compartían helados, para reírse como si fuesen dos niños pequeños. Ella nunca quiso admitirlo, pero estaba tan enamorada que sabía que si un día se marchaba de su vida, no sería capaz de amar a nadie nunca más.

"Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y, al besarse,
forman una sola llama." 
Mar Fresno

miércoles, 29 de enero de 2014

"Sueña conmigo"

"¡Avariciosa! ¡Siempre robándome los sueños! ¿No te basta con robarme el corazón?"
No, nunca era suficiente, ansiaba más, mucho más.
Soñaba ser un poco más alta para poder robarle todos los besos que me callaba. Procuraba compartir todas sus alegrías para poder ser una mayor parte de ellas. Deseaba que llegase siempre a tiempo. Anhelaba conocer todos sus secretos, los malos y los buenos, grandes y pequeños. Requería que me cantase todas las canciones que valen la pena escuchar y también averiguar qué había tras sus ojitos tristes. Necesitaba hablarle a todas horas y oír su voz todos los días. Vestir su sudadera cuando hacía frío y si no era suficiente, un abrazo, con su barbilla clavada en mi cabeza.
Que creyese en un "nosotros", para siempre. Quería sus buenos días todas las mañanas y quería excusas para vernos, no para olvidarnos.
"Que mi almohada está llena de cuando no estabas, de canciones que nunca cantabas, de todo, de nada, de besos de esos que nunca me dabas."
Mar Fresno

miércoles, 15 de enero de 2014

Sabían que les faltaba algo

Algunas veces coincidían sus miradas. Solo duraba unos segundos, siempre se echaban atrás. Eran dos locos, locos solo por dentro, por lo demás dejaban entender que eran cuadriculados. Casi perfectos. Parecía que no tenían tiempo para intercambiar muchas miradas más y por eso nunca se acercaron. Ella soñaba con el día que sería capaz de decirle que se moría por conocer de cerca su mirada, temía que fuese demasiado tiempo. Él nunca lo supo, no se fijaba, pero estaba ansioso por tenerla entre sus brazos.

Nunca conoció sus labios, nunca ni por segundos. Acabaron por olvidarse y siguieron cada uno su camino, sin mirar atrás. 
Tal vez el destino tenía razón, había magia entre esas dos miradas. Nadie se dio cuenta antes. Ahí es donde entro yo en la historia. 
"Se separaron y tomaron caminos opuestos, pero olvidaron que el mundo era redondo."
Mar Fresno

miércoles, 8 de enero de 2014

Empezamos bien

Voy a saltar tan alto sobre mi cama que pueda rozar el cielo con la punta de los dedos. Correré cada vez más rápido hasta que me salgan alas. Voy a cometer todos los errores que pueda hasta que no me quede nada por aprender.
Algunas veces haré lo correcto y otras todo lo contrario. Me reiré de mis defectos hasta que desaparezcan todos mis complejos. No perderé ninguna batalla y daré tantos besos como metros robaría a la distancia.
Seré yo misma, hablaré y sonreiré, o tal vez no. Empezaré cada día con una nueva ideología hasta encontrar la mía. La apoyaré con todas mis fuerzas para demostrar que tengo algo por lo que luchar.
Me haré mil fotos cuando me sienta guapa para demostrar que yo misma es lo que mejor me queda. Vestiré del color que me apetezca y me pintaré los labios del rojo más vivo que encuentre.
Cada día será una nueva aventura, haré locuras sin pensarlas dos veces. Romperé todas las reglas habidas y se verán obligados a escribir nuevas. Y ¿Quién sabe? Tal vez encuentre al amor de mi vida.

Mar Fresno